lunes, 21 de junio de 2010

Hinchadas

Mañana juega Chile contra Suiza. “Mañana vamos a comer chocolate suizo”, decía una mujer en la fila para pagar en el supermercado. “Que los suizos vayan haciendo sus relojitos para calcular cada cuantos minutos recibieron un gol”, me dice un chileno por facebook. Es la primera vez que vivo un mundial en un entorno de extranjeros, donde todos nos enfrentamos y circulan las bromas entre los diferentes países para ganarnos la simpatía de los colombianos y los centroamericanos que no participan en el mundial. ¿Dónde está ese sentimiento unificado de que la celeste era (sigue siendo) “lo más grande que hay”? Ahora estoy viviendo con una suiza, un chileno y un brasilero, con amigos mexicanos, argentinos, polacos, alemanes, colombianos ¡y hasta una griega! Donde nadie duda del éxito de la samba, pero no se esperaban la derrota de la cerveza ni mucho menos del flamenco. Mañana es relojes por pisco, y el martes ¡es mate por tacos! ¡Arriba la Celeste!

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