miércoles, 23 de marzo de 2011

Río merece más de un post II

Carnaval de Río de Janeiro en plena samba.
Cidade maravilhosa, nombre perfecto para la ciudad cariôca. Cariôca, se siente por todos lados. Berequeté cariôca es de alegria, pieles morenas lustrosas y cuerpos bien formados. Sonrisas blancas  risas, saltos e indumentarias estrafalariamente eufóricas. Cuerpos danzando entre la selva y el pavimento, la playa y los cerros, la lluvia y el calor agobiante, las playas burguesas y las favelas violentas. Berequeté de Rio cariôca  que inspira fiesta salvaje, talones en el aire al son de los blocos y caderas cantoneadas al compas, brazos ondeando en el aire caliente, y cabezas de risa eufórica avanzan por la costanera de Ipanema. Berequeté de corazones contentos entregándose a la fiesta de cantos y zamba disfrazada. 

Disfraces en Río.
Los brazos danzarinos cortaban el aire urbanoselvático de la ciudad tropical . Piernas morenas, blancas, cabellos rubios, castaños, negros, multiculturales acompañan el berequeté de tambores y las panderetas que dan ritmo al carnaval. Se expira "paixao cariôca" que avanza en bloque. La ciudad se llena los pulmones de musica y estallan las risas por las calles de la cidade maravilhosa, deseando que el carnaval perdure por la eternidad.

Les dejo un clásico del carnaval que fue muy sonado en el Carnaval 2011 en Río: Vou festejar de Beth Carvalho.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Río merece más de un post

Cristo Redentor visto desde el Carnaval. Río de Janeiro, Brasil.
Una humedad densa entraba en mis pulmones. Cuando llegué a Río de Janeiro un espinazo desde el cuello me sacudió la espalda. Vivi una mezcla extraña de desigualdad morena y alegria rubia  en una fusión casi violenta. Un chico amenazante me exigía 50 reales, y todos veian sin hacer nada. Cuando viajaba para la casa de Gabriela sentí que iba en la montaña rusa. El ómnibus saltaba y hacia unos virajes tan violentos que los pasajeros se balconeaban para todos lados aferrándose a lo primero que encontraran para no caer por el pasillo. El ómnibus iba por ese camino salvaje que impedia ver el fondo de la ciudad, verde tropical. Fantaseé que estaba viajando en una liana, miré la calle, se me dibujaban monos multiraciales que subian y bajaban de la flora espesa, y se internaban en ella. Río me daba su bienvenida, tropical, caliente, húmeda, hermosa, alegre, multicultural, maravillosa. Me apronto para vivir el carnaval.

Foto: La estatua del Cristo Redentor. Es una de las siete maravillas del mundo moderno y es el Cristo más grande del mundo. Con mi amiga Tamires decíamos que era necesario un Cristo de tal tamaño para que perdone los pecados de la ciudad maravillosa.