sábado, 15 de octubre de 2011

El gigante de Puertecillo

Playa de Puertecillo. VI región, Chile.

Simplemente, mar. 
Odisea oleística blanca, que avanza en la claridad soleada.
Lejanía y cercanía perfectas. 
Y de día, la inmensidad permanece, con un cielo celeste vivo cegado por la energía matinal energizante. 
Y vuelves a tu seno profundo infinito para marejar tu superficie verdosa, ventosa en los oídos que osan escucharte.
Te asomas con tu inmensidad eterna en las ventanas, con tus brazos penetrantes de frío salado en la terraza, te entremezclas en las cuerdas de la guitarra, y despeinas cabellos. 
Quién sabe qué historias te llevas, océano verde esmeralda de Puertecillo. 
Historias en botellas con corcho, navegando a la deriva de tus destinos como los correos de piratas en los cuentos de amor de antaño. Secretas para todos, salvo para ti.
Historias que solías llevar de caminantes de tu playa de arena negra en ese pueblo de pescadores, que simplemente te deja ser genuino en todo tu esplendor. 
¿Quién sabe qué historias te guardas, océano profundo de Puertecillo?  
Te desbordas con tu inmensidad eterna en las montañas, con tu vaivén oleístico renuente, entremezclándote en la vegetación maciza de tus cerros y despeinando pétalos de flores.
Y vuelves salpicando tus olas frías para alcanzar la orilla. Hipnótico. 
Y de noche, la inmensidad es eterna, con un cielo oscuro de penumbra nocturna lunar. 
Cercanía y lejanía perfectas. 
Odisea oleística blanca, que se retira en la infinitud nocturna.
Simplemente, mar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

MAR...Lejos en la distancia...cerca en el recuerdo...
MAR...Bello,poético,musical.
MAR...
Te veo,te oigo,te saboreo, te siento,te huelo.
Hermoso.cbg